En la sede nacional de la UPEC, el gremio fue a despedirse ante sus cenizas y muchas ofrendas florales -entre ellas la del presidente cubano, Raúl Castro- daban constancia de cuán querido fue Moltó entre sus compañeros y amigos.

Rostros de diferentes edades y medios de prensa mantenían abarrotado el salón principal y pasillos.

También asistieron a las honras fúnebres representantes de diversas instituciones, entre ellos el argentino Juan Carlos Camaño, presidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP), y el jefe del Departamento Ideológico del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), Joel Suárez.

Tubal Páez, Presidente de Honor de la UPEC, fue uno de los primeros oradores y en sus emotivas palabras enfatizó que «Moltó no murió en la cama, murió en combate».

Destacó que fue un hombre de probada militancia, profesionalismo y se distinguía por su ecuanimidad para resolver problemas y deslealtades.

«El periodismo que practicó Moltó evidenció su contraposición contra el acomodamiento y el sedentarismo intelectual, tales debilidades lo asfixiaban por lo que abogó por lo auténtico, novedoso y creativo», subrayó.

Asimismo, «defendió la calidad del trabajo y la preservación de la ética, al tiempo que cumplió su misión sin calcular los sacrificios que esta implicaba, de ahí que no podemos olvidar su forma de hacer revolución», puntualizó Páez.

«Su carácter alegre nunca se quebró y asumió sus tareas por dura que fueran como un compromiso callado, pero decidido con el Comandante en Jefe, Fidel Castro, y el Partido Comunista de Cuba», aseveró.

Nos asombra -resaltó Páez – la intensidad de su vida, la pasión que le imprimió al trabajo, convirtiéndose en una catarata de ideas.

Tal entrega -añadió- lo convirtió en un hombre que cumplió el deber, su tiempo y su conciencia.

El presidente de la FELAP explicó al auditorio la importancia que le concedió Moltó a las nuevas generaciones porque fue un periodista comprometido con la continuidad histórica de las ideas.

Moltó -dijo Camaño- sabía que era necesario darle un espacio a la juventud para seguir defendiendo a la Revolución.

“Contamos con los motivos para luchar dijo Moltó y nosotros contamos con él”, sentenció el dirigente.

El Premio Nacional de Periodismo José Martí, José Alejandro Rodríguez, amigo personal de Moltó, recordó que fue hombre y amigo. «Tenía las palabras para decir cosas profundas, pero diferentes, poseía las armas del esclarecimiento, y pretendía que el periodismo no fuera superficial, sino que bajara a las profundidades, a lo complejo», comentó Pepe Alejandro, como se le conoce en el gremio.

«Moltó tuvo la capacidad de pasar por encima de los prejuicios y la convicción que aún se pueden seducir a las multitudes y salvar al ser humano», sentenció Rodríguez.

Antonio Moltó Martorel falleció la víspera en La Habana víctima de cáncer a los 74 años de edad. Su trayectoria profesional le hizo acreedor de los premios nacionales de Periodismo José Martí por la obra de la vida y de la Radio 2016, así como la Réplica del Machete del Generalísimo Máximo Gómez.

En su natal Santiago de Cuba periodistas y amigos también se despidieron de quien fue presidente de la UPEC.

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