Vilma Pérez de Aguiar: “¿Qué les hará el calor a los muertos, que no tienen quien los abanique?”
A mi entender, (que cuando se trata de ella deja de ser racional y se convierte en un entender sentimental), Vilma Pérez de Aguiar vivió desde siempre (o desde el primer día de la humanidad), siempre tierna como las madres y tiernísima como lo consiguen las abuelas.