por Haydeé García Montano tenía entonces nueve años, y contó en una ocasión que Fidel se apareció en la choza de sus padres Rogelio «El Pelao» y Pilar, algo que no olvidará nunca, porque nadie podía pensar que el Presidente de un país iría a un lugar como ese, donde las camas eran de yute relleno con hojas de plátanos y el saco de carbón se vendía a nueve centavos.
A ese sitio arriban hoy cubanos y foráneos a conocer la historia narrada en las réplicas de las barracas, en la institución cultural que posee, en la biblioteca dotada de colecciones de literatura universal.
En la tarde de este 24 de diciembre, jóvenes cultivadores del repentismo y la décima improvisada, acudirán a cantar al futuro y a la esperanza de un mundo mejor.
«Por su parte, los carboneros, más tarde, rememorarán la cena, y disfrutarán de un concierto del trovador Rey Montalvo», explicó Efraín Otaño, promotor cultural de esa comunidad.
Fuente: Agencia Cubana de Noticias (ACN).