En emotiva ceremonia, donde primó el color blanco en el vestuario de los miles de invitados a presenciar el acontecimiento, Santos entregó un pequeño prendedor con forma de paloma al Comandante de las FARC-EP, gesto que acompaña el espíritu de paz de los colombianos.
El mandatario suramericano anunció con júbilo desde el Centro de Convenciones de Cartagena de Indias que hay una guerra menos en el mundo, «¡y es la de la Colombia!».
Dijo que todo pacto de paz es imperfecto, pero el logrado entre el gobierno y las FARC-EP es el mejor posible.
Expresó que lo pactado permitirá llevar desarrollo a los campesinos de Colombia -los más afectados por el conflicto armado-, fortalecer la democracia en el país y la lucha contra el narcotráfico, pues los sembradíos de coca se convertirán en campos cuyos frutos sean para alimentar al pueblo.
Santos apuntó que con el fin del conflicto no se terminan los problemas de su nación, pues «quedan retos por vencer, pero lo haremos sin el obstáculo de una guerra que consumía cuantiosos recursos».
En sus palabras ante más de dos mil 500 invitados nacionales y extranjeros, el Jefe de Estado convocó al pueblo colombiano a respaldar los acuerdos de paz en las urnas el próximo domingo dos de octubre, cuando se realice un plebiscito nacional para refrendar legalmente con sus votos el fin de una guerra de 52 años.
Lo firmado es más que un acuerdo entre el Gobierno y la guerrilla, es una declaración del pueblo colombiano de que nos cansamos de la guerra, de que decimos fuerte y claro: ¡No más guerra!, exclamó.
Al intervenir en la ceremonia, las primeras palabras de Londoño estuvieron dirigidas a ese pueblo, que no perdió la esperanza, así como también a los guerrilleros caídos en la búsqueda de la paz.
Ofrezco sinceramente perdón a todas las víctimas del conflicto, por todo el dolor que hayamos podido causar en esta guerra, dijo el Jefe del Estado Mayor Central de las FARC-EP, interrumpido por vítores de ¡Sí se pudo!
De acuerdo con el líder insurgente, con la recién finalizada X Conferencia Nacional Guerrillera se refrendaron unánimemente los acuerdos de La Habana, y se mandató la conversión de esa organización guerrillera en partido político.
Que nadie dude que vamos hacia la política sin armas, preparémonos para desarmar las mentes y corazones, sostuvo.
Con el ejemplo de Colombia, invitó a otros pueblos en conflicto a encontrar el camino de la reconciliación y a silenciar las bombas.
Londoño felicitó al Presidente Santos, en quien las FARC-EP encontró un «valeroso interlocutor, capaz de soportar con entereza las presiones y provocaciones de los sectores belicistas».
Agradeció en ese contexto a los pueblos Cuba y Noruega por el apoyo como garantes de las pláticas de paz, y dirigió un reconocimiento especial a la figura del Comandante Hugo Chávez, «sin cuyos trabajos pacientes, pero discretos, este final feliz no hubiese llegado».
También al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, como continuador de esa voluntad de paz, y a Chile, que junto a la nación bolivariana, sirvieron de acompañantes al proceso que se extendió por más de cuatro años.
Al intervenir en la ceremonia, Ban Ki-moon, secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), señaló que los acuerdos crean las condiciones para una paz duradera que permita el desarrollo, promueva la inclusión, garantice la participación de la mujer y que en el futuro todos participen en la política, sin violencia.
Al acto protocolar, que culminó con el Himno de la Alegría, asistieron jefes de Estado, el Rey Emérito de España Juan Carlos, decenas de cancilleres, ex mandatarios, así como directores y presidentes de organismos internacionales.
Fuente: Agencia Cubana de Noticias (ACN).