Aniversario 60 de la Segunda Declaración de La Habana: La vibrante respuesta del Pueblo de Cuba

Después le siguieron agresiones económicas, la realización de sabotajes, la organización y financiamiento de la invasión mercenaria, el establecimiento de un férreo bloqueo económico y hasta la amenaza de una intervención militar directa.

Y para enfrentar todo eso la Revolución  siempre ha tenido como premisa la respuesta del pueblo que se ha movilizado ante todos los llamados que Fidel realizara. Y es que él, desde el primer discurso que pronunció en La Habana, a su llegada al frente dela Caravana de la Libertad, el 8 de enero de 1959,  aseguró que su tropa fundamental era el pueblo.

Otro ejemplo significativo del papel desempeñado por el pueblo ante las agresiones, ésta vez en el campo diplomático, tuvo lugar en La Habana el 4 de febrero de 1962 cuando en una multitudinaria asamblea popular efectuada en La Habana se aprobó la Segunda Declaración de La Habana.

Cuba respondió así a la agresión realizada en el seno dela Organización de Estados Americanos, a instancias de los Estados Unidos.

Se pretendía aislar a Cuba al separarla de esa Organización y  de instar el rompimiento de relaciones diplomáticas por parte de los gobiernos latinoamericanos, cuestión que se hizo realidad  con la sola excepción de México.

Pero lo que se pudo lograr fue que la Revolución cubana no claudicara en sus principios, ni se desarticulara, ni tampoco que se extinguiera la solidaridad de los pueblos latinoamericanos. 

 

Ante centenares de miles de personas que colmaban la Plaza de la Revolución en representación simbólica de todo el pueblo de Cuba, el Comandante en Jefe Fidel, antes de dar lectura al proyecto de Declaración, destacó el simbolismo que tenía esa segunda asamblea que se efectuaba en la capital cubana,  la anterior había sido realizada el 2 de septiembre de 1960.

Fidel señaló:  “Se reúne por segunda vez, con carácter de órgano soberano de la voluntad del pueblo cubano, esta Asamblea General en el día de hoy; y se reúne para dar cabal respuesta a a la maniobra, a la conjura, al complot de nuestros enemigos  en Punta del Este.”

Y agregó: “En todo el mundo están puestos los ojos sobre nuestro pueblo en el día de hoy; los pueblos de todos los continentes están esperando esta respuesta de nuestra patria.”  

También Fidel expuso: “La palabra de Cuba está respaldada por un pueblo entero; la palabra de la representación de Cuba, allí donde habló para los pueblos y para la historia, estaba respaldada por un pueblo entero.  ¡Por eso vale nuestra palabra, por eso vale ante los ojos del mundo, por eso vale ante la historia!  Porque los que allí hablaron contra nuestra patria sus mentiras, no hicieron más que repetir las consignas criminales de sus amos.  Y detrás de las palabras huecas de los impugnadores de la patria cubana, no había un pueblo; detrás estaban los asesinos de obreros y de estudiantes, de campesinos; detrás estaba lo más corrompido, lo peor de nuestras hermanas naciones.  ¡Pueblo no, sino ausencia de pueblo, vacío de pueblo!”

Después de haber detallado otras consideraciones Fidel sometió a la aprobación de los presentes en la gran plaza capitalina lo que fue la Segunda Declaración de La Habana en la que se patentizaba la decisión del pueblo cubano de seguir resistiendo todas las amenazas y agresiones  y continuar construyendo el socialismo a pesar de las dificultades y presiones que recibía y recibiría por parte del imperialismo yanqui y sus títeres.  

Además en esa Segunda Declaración de La Habana se ratificó la solidaridad de Cuba con todos los revolucionarios que luchaban en cualquier parte del mundo por la conquista de la plena independencia de sus respectivos países.

En esa Declaración  se resaltó:

Porque esta gran humanidad ha dicho ¡Basta! y ha echado a andar. Y su marcha de gigantes ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia, por la que ya han muerto más de una vez inútilmente. ¡Ahora, en todo caso, los que mueran, morirán como los de Cuba, los de Playa Girón, morirán por su única, verdadera, irrenunciable independencia!.»

 

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