por La familia resulta un agente social trascendental en el progreso de las personas para la vida en sociedad, pues esta es el primer grupo al que pertenece el hombre y donde conoce todo lo que se ha determinado.
En la sociedad cubana actual las mujeres se han convertido en el eje esencial del núcleo familiar con la generosidad e intrepidez que las caracteriza sobresalen como guías incuestionables en la vida diaria.
Formar valores en los niños, adolescentes y jóvenes es una de las tareas primordiales que tienen los adultos; instruir y robustecer las normas imprescindibles para vivir en unión es también un menester que debe tener en cuenta cada familia.
La presencia familiar suele simbolizar un fin sólido de un grupo humano que puede ser la respuesta de una integración grupal y su máxima expresión: la existencia de una nación.
