Miguel Barnet: No creo en la muerte (II)
Con aire reposado Barnet me miró ante la siguiente pregunta:
-Dígame algo sobre la lealtad.
-No me gusta esa palabra ni para nombrar una calle. Creo en la honestidad. Tampoco me gusta la fidelidad. Son sentimientos peligrosos. Uno tiene que hacer prevalecer siempre, por encima de todo, su personalidad, cuando cree que tiene razón y que sus objetivos son justos. No puedo rendirle lealtad ni fidelidad a nadie con quien yo tenga discrepancias esenciales. Creo que hay que ser honestos y que una amistad se construye sobre la base de la confianza y de la honestidad. La lealtad es fea, abyecta.