El 16 de abril en mi memoria

Miguel, casado entonces con la cubana Yolanda Trull, vivía en Quito con sus tres hijas, y se desempeñaba como representante en Ecuador de la FAO, la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. Era un gran aficionado a la onda corta y presumía –con razón- de estar muy bien informado sobre Cuba.

Me contó que había escuchado esas transmisiones desde finales del mes de febrero de 1961, y ante las noticias de los bombardeos contra aeropuertos cubanos del día 15 de abril, previos a la invasión mercenaria por Playa Girón, decidió ir a la Embajada cubana para seguir atentamente el acontecer en su país mediante la señal de esa planta de radio que transmitía por la onda corta.

Eran días muy tensos para quienes cumplíamos misiones en el exterior. Las agencias de noticias, especialmente las norteamericanas, hablaban de una gran sublevación en Cuba, así como de la muerte de algunos dirigentes revolucionarios y del asilo de otros en varias Embajadas en La Habana. La guerra mediática servía de apoyo a la guerra real lanzada contra Cuba mediante el empleo de mil quinientos mercenarios entrenados y armados por la CIA y el Pentágono de Estados Unidos.

Para nosotros tuvo un valor inapreciable aquel discurso de Fidel, en el que proclamó el carácter socialista de la Revolución y reveló la existencia de una emisora que divulgaría a partir de ese momento todos los partes oficiales emitidos por el Gobierno Revolucionario en los días de la agresión imperialista por Playa Girón.

“¿Y creen acaso que van a ocultar (esta agresión) ante el mundo?”, se preguntó Fidel en aquel memorable discurso en la despedida del duelo de las primeras víctimas de los bombardeos previos a la invasión de Playa Girón. Y agregó: “No. Ya Cuba tiene una planta de radio que hoy está ya transmitiendo a toda América Latina, y esto lo están oyendo innumerables hermanos en América Latina y en todo el mundo. No. Por suerte no estamos en la época de las diligencias, estamos en la época del radio, y las verdades de un país se pueden llevar muy lejos”.

Fidel Castro habló a Cuba y al mundo desde una tribuna improvisada en la intersección de las calles 23 y 12, en la barriada de El Vedado, muy cerca de la entrada principal del Cementerio Cristóbal Colón de La Habana, donde fueron sepultados los caídos por el primer zarpazo imperialista, preludio de la invasión.

El discurso de Fidel fue anunciado minutos antes por el locutor Fernando Alcorta, y la grabación de sus palabras se conservan en los archivos de Radio Habana Cuba.

Recuerdo que a la Embajada de Cuba, situada entonces en la Avenida 6 de Diciembre, en Quito, concurrieron en aquellos días numerosos amigos a patentizar su solidaridad con la Revolución y su repudio a la acción imperialista. Entre esos amigos ecuatorianos figuran los escritores y artistas Oswaldo Guayasamín, Benjamín Carrión, Jorge Enrique Adoum, Diógenes Paredes, Nela Martínez, Pedro Jorge Vera, así como el profesor Manuel Agustín Aguirre. También lo hicieron varios líderes obreros, campesinos e indígenas, entre ellos Carlos Rodríguez, Telmo Hidalgo, Amadeo Alba y Tránsito Amagüaña.

En los días de la agresión imperialista por Playa Girón el presidente José María Velasco Ibarra me recibió en el Palacio Presidencial para que hiciera saber a la Cancillería cubana que Ecuador condenaba cualquier violación de la soberanía, la independencia y la autodeterminación de Cuba.

En una emisora de radio de Quito difundíamos las grabaciones que captábamos desde La Habana, y ese fue el momento en que el pintor Oswaldo Guayasamín solicitó viajar a Cuba para solidarizarse con la Revolución y hacer un retrato al Comandante Fidel Castro, lo cual logró concretar en la sede del ICAP, Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, la noche del 6 de mayo de 1961, gracias a la decisiva mediación de la heroína de la Sierra Maestra Celia Sánchez Manduley, y la gestión inteligente de Giraldo Mazola, primer Presidente del ICAP.

A la entrega por Guayasamín del retrato a Fidel en la sede de la Embajada de Ecuador en La Habana, asistieron también el Canciller Raúl Roa García y el poeta Nicolás Guillén, entre otras personalidades cubanas.

El gran pintor ecuatoriano haría después otros tres retratos a Fidel: en 1981, 1986 y el último con motivo del setenta cumpleaños del líder histórico de la Revolución Cubana, con quien forjó una sólida amistad que se prolongó hasta el fallecimiento de Guayasamín en marzo de 1999.

Otro 16 de abril que está en mi memoria es el de 1987, cuando tuve el honor de recibir de manos del entonces Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba, Raúl Castro, la Réplica del Machete de Máximo Gómez, ese gran jefe militar dominicano que hizo suya la justa causa de la independencia de Cuba.

Fue la segunda entrega de ese premio de las FAR de Cuba a escritores, artistas y periodistas que contribuyan a fomentar valores patrióticos e internacionalistas, alta distinción sobre la cual yo había tenido noticias en abril de 1986, en su primera entrega, cuando cumplía yo como profesor de Periodismo una misión internacionalista en Angola.

Recuerdo entre los primeros premiados con la Réplica del Machete mambí al notable cantautor cubano Silvio Rodríguez, a quien pude entrevistar en La Habana cuando el 29 de noviembre de 1986, día de su 40 cumpleaños, posó para el pintor Oswaldo Guayasamín.

Pero el 16 de abril de 1987 recibí yo una alegría adicional porque entre los militares que acompañan al Ministro Raúl Castro estaba un antiguo compañero de estudios de la ciudad de Santa Clara, José Julio Rivas Herrera, gracias a quien me hice mecanógrafo en la adolescencia, antes del triunfo de la Revolución, cuando había que trabajar de día para poder estudiar por la noche.

Nunca olvidaré su sonrisa y su abrazo aquel Día del Miliciano en el Foso de los Laureles de la Fortaleza San Carlos de la Cabaña, ni tampoco el comentario de Raúl cuando me entregó la Réplica del Machete de Máximo Gómez, y me recordó el alto compromiso que contraíamos con la Patria quienes recibíamos el máximo reconocimiento que otorgaban las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba.

Ahora cada 16 de abril es para el colectivo internacionalista de Radio Habana Cuba, la fecha que marca el momento en que Fidel Castro, al tiempo que proclamó el carácter socialista de la Revolución, anunció al mundo la existencia de la emisora que 53 años después, en ocho idiomas, por onda corta y por Internet, lleva al mundo la verdad de Cuba.

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