Aberración Baldía

No descubro nada nuevo al afirmar que EE.UU. desde siempre ha considerado  que es el país elegido por los “dioses” para poseer al resto del mundo, con alta prioridad a aquellos países  del llamado tercer mundo, utilizando todo tipo de acciones, como pueden ser invasiones, golpes blandos, robo de territorios o cualquier otra forma de despojo.

Así se manifiestan desde el lejano 1776, emergiendo como un verdadero azote a nuestra maltrecha humanidad. La gran mayoría de sus emperadores de turno han sido –muy consecuentes por cierto- defensores a ultranza de un sistema basado, precisamente, en la injusticia y el gran poder económico donde todo vale si de mantener su hegemonía se trate. Al inicio de su pecaminosa trayectoria se utilizaban formas sutiles o de engaño, pero ya hoy solo mecanismos de guapería internacional con disfraces diplomáticos.

Veamos el caso Cuba. Ya en 1805 el presidente Jefferson teorizaba respecto a lo que llamaba la “fruta madura”, y por su parte el también presidente Monroe aseguraba que la América era para los americanos. Se llegó al colmo del cinismo y el atropello increíble al declarar, en un memorándum conocido como Breekenridge, la necesidad de “eliminar  la población cubana para sustituirla por colonos yanquis”. Es decir, aplastar así cualquier ansia legítima de libertad y decoro nacional. Por tanto, se evidenciaba que Cuba quedaría en manos de tropas invasoras, banqueros, latifundistas, empresarios ladrones y todo tipo de lacra como la mafia.  Y como se conoce más tarde se empeñaron, con la complicidad   de gobiernos corruptos, en declarar a la isla como el “burdel de América”.

Pero no desisten y siguen pensando, convencidos, que Cuba no tiene derecho a ser libre, soberana y a declararse socialista. Y vuelven a la carga, una y otra vez, para impedir con el bloqueo criminal destruir la gran obra que la Revolución creó. Como se conoce han utilizado cientos de procedimientos para destruirnos: invasión por Playa Girón (por supuesto derrotada, pero a costa de la muerte de heroicos combatientes); intentos de asesinatos a Fidel Castro y otros combatientes de la revolución; introducción de virus en la agricultura; explosión del vapor La Coubre, con un saldo enorme de muertos; otra explosión, esta vez, de un avión de Cubana de Aviación en pleno vuelo que le costó la vida a gran cantidad de jóvenes deportistas; bloqueo criminal que dura ya más de 60 años y causa enorme perjuicio a nuestra economía y es el motivo mayor que impide nuestro desarrollo.

Constituyen una cúpula aberrante cuyo sistema está enquistado y  hecho metástasis. Para este monstruo ningún país de clase inferior (porque es pobre) tiene derechos, solo deberes que cumplir; y ellos, los soberanos existen únicamente para disfrutar sus derechos “celestiales”. Ahora mismo, en este minuto están haciendo otra de sus grandes fechorías, con la particularidad de ser extremadamente peligrosa: la guerra Ucrania-Rusia, que no es otra que la guerra de Estados Unidos contra Rusia, utilizando como herramienta al régimen fascista de Ucrania. Si usted analiza detenidamente esta situación de tanto peligro se dará cuenta de: a) EE.UU. no puede vivir sin guerras, es como el cordón umbilical que los mantiene; b) toda nación independiente que tenga logros indiscutibles se convierte automáticamente en enemiga del gran poder yanqui, porque temen perder hegemonía; c) situación semejante es  China, país que ya es más fuerte por una solidez indiscutible de su economía, y la hace también enemiga.

Nadie puede predecir hasta dónde llegará el imperio. Lo que sí está claro es que si no luchamos seremos siervos o muertos. Pero si nos unimos para vencer a la bestia, no hay duda que nos ganaremos el derecho a ser libres para que las próximas generaciones  nos respeten con admiración, gratitud y cariño.

“Puesto que usted ha decidido que nuestra suerte está echada, tengo el placer de despedirme como los gladiadores romanos que iban a combatir en el circo: “salve, César, los que van a morir te saludan”. Solo lamento que no podría siquiera verle la cara, porque en ese caso usted estaría a miles de kilómetros de distancia, y yo estaré en la primera línea para morir combatiendo en defensa de mi patria”. Fidel Castro. Carta dirigida al presidente de EE.UU. George Bush.

Autor

  • Silvio José Blanco Hernández

    Silvio José Blanco Hernández. Colaborador del Portal de la Radio Cubana. Destacado y multipremiado periodista, escritor, asesor y analista de información. Es autor de libros como "La radio, técnica, arte y magia", y "Los programas informativos de la radio... Y algo más", entre otras obras y materiales investigativos con importantes aportes metodológicos al medio radial.

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